La Otra Campaña en Sonora

miércoles, noviembre 08, 2006

anuncia EZLN apoyo a APPO

La Jornada, Martes 31 de octubre de 2006

Convoca a realizar paro nacional el 20 de noviembre

Anuncia EZLN cierre de carreteras de Chiapas en apoyo a Oaxaca

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

Chihuahua, Chih., 30 de octubre. En su primer acto público en esta ciudad, el subcomandante Marcos manifestó el apoyo total del EZLN y la otra campaña con el pueblo de Oaxaca y "su más digno representante: la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO)".

En un comunicado, la Comandancia General del EZLN demandó la salida de Ulises Ruiz de Oaxaca, el retiro inmediato de las fuerzas federales de ocupación, la libertad inmediata e incondicional de todos los detenidos, la cancelación de todas las órdenes de aprehensión y el castigo a los asesinos.

En el Parque Revolución de Chihuahua, Marcos denunció: "Hasta el día de hoy los federales han asesinado a cuando menos tres personas, incluyendo un menor de edad, dejando decenas de personas heridas, entre ellas varias mujeres oaxaqueñas, y decenas de detenidos que fueron trasladados ilegalmente a prisiones militares.

''A todo esto se suman los muertos, detenidos y desaparecidos desde el inicio de la movilización que demanda la salida de Ulises Ruiz", agregó.

Marcos anunció cierre de caminos y carreteras de Chiapas, y llamó a la otra campaña y organizaciones fraternas a realizar bloqueos, inclusive en la frontera internacional con Estados Unidos, en respaldo al movimiento popular de Oaxaca.

El ataque federal, sostuvo, "no tiene más objetivo" que mantener al gobernador en el poder y destruir la organización popular de los de abajo. "El pueblo de Oaxaca resiste. Ninguna persona honesta puede permanecer en silencio e inmóvil mientras todo un pueblo mayoritariamente indígena es asesinado, golpeado y encarcelado".

El EZLN llamó a que "durante todo el día 1º de noviembre de 2006 sean cerradas las carreteras y caminos que atraviesan los territorios donde el EZLN mantiene presencia en el suroriental estado de Chiapas".

También a través de su Comisión Sexta, "el EZLN ha iniciado contactos y consultas con otras organizaciones políticas y sociales, así como con grupos colectivos y personas de la otra campaña para iniciar jornadas de solidaridad con Oaxaca y convocar de forma conjunta a todo el México de abajo a realizar un paro nacional el 20 de noviembre de 2006".

Asimismo, el EZLN "hace un llamado a la otra campaña en México y al norte del Río Bravo para que este 1º de noviembre se movilice donde sea posible, cerrando de manera total, parcial o intermitente, real o simbólicamente, las calles, caminos, carreteras, casetas, estaciones, aeropuertos y cualquier medio de comunicación.

''El mensaje que los zapatistas y las zapatistas mandamos y mandaremos al pueblo de Oaxaca es uno solo: no están solos, no están solas", puntualizó.

La Otra en Sisoguichi II

La Jornada, Martes 31 de octubre de 2006

El subcomandante Marcos se reunió con indígenas rarámuris en la sierra Tarahumara

Recoge la otra campaña testimonios de ''cómo lucha el que resiste sin doblarse''

''El Seguro Popular no nos atiende, o a lo mejor es para que no nos curemos y nos acabemos''

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

Foto

El delegado Zero hace el saludo militar frente al mausoleo de Francisco Villa, ubicado en el parque Revolución, en la capital de Chihuahua Foto Víctor Camacho

Sisoguichi, Chih. 30 de octubre. Antes de hablar con el subcomandante Marcos, decenas de ancianos y mayores se formaron frente a la cruz del Comerachi de esta localidad en la Tarahumara, y uno a uno saludaron de mano al representante zapatista, para enseguida darse entre sí la mano con sobrecogedor respeto, en lo que parecía el desenvolvimiento de un caracol que poco a poco se convirtió en un círculo en el cual participaban también el gobernador tradicional de Choguita y el representante de la coordinación del movimiento de gobernadores rarámuris, Francisco Palma.

Un indígena saludó a la otra campaña con una invocación, "para que el Onorurame nos ayude a terminar bien este compartir nuestras broncas los rarámuris", y Marcos hizo, "con todo respeto", una solicitud a sus anfitriones: "traemos un pedido: que el rarámuri nos regale su palabra para ponerla en nuestro corazón, para que aprendamos de ella, y pedimos que podamos llevar en nuestra bolsa el dolor del rarámuri, el dolor que hace el blanco, el rico, para irlo mostrando a otros pueblos de México y del mundo", y también conocer "cómo lucha el que resiste sin doblarse".

''Si nos dejamos, no vamos a llegar al cielo''

Concluida la Ceremonia de la Cruz, acabado producto del sincretismo cristiano-pagano, y de alta significación para estos pueblos, se inició el encuentro, donde los participantes recurrieron al rarámuri al menos la mitad del tiempo, y sin traductores para el público, aunque sí en corto para el delegado Zero. La organización Bowerasa (Haciendo camino) detalló la lucha legal en defensa de la tierra en Baquerachi y sus alrededores, y la constante resistencia que los indígenas deben sostener contra el chabochi (hombre blanco), sus leyes e ilegalidades.

Un representante de Pino Gordo, en el ejido Choreachi, contó que buen número de sus compañeros quisieron acudir a esta reunión, pero encontraron muchas "dificultades en el camino". Policías y pistoleros del municipio Guadalupe y Calvo los amenazaron de muerte y les impidieron "subir la barranca". Describió cómo luchan por el reconocimiento de sus derechos ejidales para conservar los bosques y la tierra para el maiz y el frijol. "Si los rarámuris no se juntan, no vamos a poder defender nuestra tierra, y si nos dejamos, no vamos a llegar al cielo, pues no cumplimos con lo que nos toca en la vida: cuidar la tierra. Los indígenas vamos a vivir para conservarla", expresó.

Enmedio de la riqueza de bosques en esta sierra monumental (y ya tan deteriorada por los talamontes legales e ilegales), rarámuris y organizaciones civiles que trabajan con ellos desgranaron las condiciones actuales en estos rumbos, muy militarizados, y bajo el asedio brutal del narcotráfico que ha convertido la Tarahumara en un vergel de mariguana (la "maldita yerba", se dijo, pues acaba con la voluntad y la identidad de los jóvenes, además de crear focos de criminalidad donde el que paga, como siempre, es el indio).

Una representante de Consultoría Técnica Comunitaria describió el avance de un megaproyecto minero a cargo de trasnacionales canadienses, alertando contra los peligros de envenenamiento de suelo y agua, y la posibilidad de que se creen "fuentes de trabajo" basadas en la explotación ilegal de los futuros mineros. También alertó contra la privatización del agua mediante una ley promovida por el gobierno priísta de Chihuahua, y la pretensión de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales de convertir el corazón de la sierra en reserva de la biosfera, en detrimento de los pueblos rarámuris, para garantizar la mayor riqueza hídrica del norte mexicano a las trasnacionales Aguas de Barcelona, Vivendi y Suez.

''Si no nos curamos nosotros, ¿entonces quién?''

Un hombre mayor de Cusarari se pronunció en su lengua a favor de la "medicina natural que está en el monte", ante la mala atención que reciben los rarámuris. "El Seguro Popular ha probado no ser bueno. No nos dan buena atención porque somos indígenas. O a lo mejor es para que ya no nos curemos y nos acabemos. Si no nos curamos nosotros, ¿entonces quién?" Y la autoridad comunal de La Laguna denunció la intención del Tribunal Unitario de Chihuahua de entregar tierras ejidales a un ciudadano francés. Un joven indígena afirmó: "La otra campaña permite oponernos a los que nos hacen daño, y organizarnos en las cuatro sierras (de la Tarahumara)".

Luis Palma, de la Baja Tarahumara, insistió en el compromiso de su pueblo con "cuidar el mundo", pues luchar "es querer mucho a nuestros hijos", y lamentó "la pérdida de respeto de los jóvenes", atrapados por el alcohol, las drogas y la violencia, que "ya no quieren escuchar a los gobernadores". Las escuelas del gobierno "nos obligan a dejar nuestro idioma", y echa el Procede (Programa de certificación de derechos ejidales y titulación de solares) por delante para permitir el desarrollo de un corredor turístico. "No vendan sus tierras", aconsejó a los centenares de indígenas presentes. "Pusimos hermanos indígenas responsables en el gobierno de los municipios, pero no excluimos a los blancos. Sólo queremos tener los mismos derechos", advirtió.

La Otra en Sisoguichi II

La Jornada, Martes 31 de octubre de 2006

El subcomandante Marcos se reunió con indígenas rarámuris en la sierra Tarahumara

Recoge la otra campaña testimonios de ''cómo lucha el que resiste sin doblarse''

''El Seguro Popular no nos atiende, o a lo mejor es para que no nos curemos y nos acabemos''

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

Foto

El delegado Zero hace el saludo militar frente al mausoleo de Francisco Villa, ubicado en el parque Revolución, en la capital de Chihuahua Foto Víctor Camacho

Sisoguichi, Chih. 30 de octubre. Antes de hablar con el subcomandante Marcos, decenas de ancianos y mayores se formaron frente a la cruz del Comerachi de esta localidad en la Tarahumara, y uno a uno saludaron de mano al representante zapatista, para enseguida darse entre sí la mano con sobrecogedor respeto, en lo que parecía el desenvolvimiento de un caracol que poco a poco se convirtió en un círculo en el cual participaban también el gobernador tradicional de Choguita y el representante de la coordinación del movimiento de gobernadores rarámuris, Francisco Palma.

Un indígena saludó a la otra campaña con una invocación, "para que el Onorurame nos ayude a terminar bien este compartir nuestras broncas los rarámuris", y Marcos hizo, "con todo respeto", una solicitud a sus anfitriones: "traemos un pedido: que el rarámuri nos regale su palabra para ponerla en nuestro corazón, para que aprendamos de ella, y pedimos que podamos llevar en nuestra bolsa el dolor del rarámuri, el dolor que hace el blanco, el rico, para irlo mostrando a otros pueblos de México y del mundo", y también conocer "cómo lucha el que resiste sin doblarse".

''Si nos dejamos, no vamos a llegar al cielo''

Concluida la Ceremonia de la Cruz, acabado producto del sincretismo cristiano-pagano, y de alta significación para estos pueblos, se inició el encuentro, donde los participantes recurrieron al rarámuri al menos la mitad del tiempo, y sin traductores para el público, aunque sí en corto para el delegado Zero. La organización Bowerasa (Haciendo camino) detalló la lucha legal en defensa de la tierra en Baquerachi y sus alrededores, y la constante resistencia que los indígenas deben sostener contra el chabochi (hombre blanco), sus leyes e ilegalidades.

Un representante de Pino Gordo, en el ejido Choreachi, contó que buen número de sus compañeros quisieron acudir a esta reunión, pero encontraron muchas "dificultades en el camino". Policías y pistoleros del municipio Guadalupe y Calvo los amenazaron de muerte y les impidieron "subir la barranca". Describió cómo luchan por el reconocimiento de sus derechos ejidales para conservar los bosques y la tierra para el maiz y el frijol. "Si los rarámuris no se juntan, no vamos a poder defender nuestra tierra, y si nos dejamos, no vamos a llegar al cielo, pues no cumplimos con lo que nos toca en la vida: cuidar la tierra. Los indígenas vamos a vivir para conservarla", expresó.

Enmedio de la riqueza de bosques en esta sierra monumental (y ya tan deteriorada por los talamontes legales e ilegales), rarámuris y organizaciones civiles que trabajan con ellos desgranaron las condiciones actuales en estos rumbos, muy militarizados, y bajo el asedio brutal del narcotráfico que ha convertido la Tarahumara en un vergel de mariguana (la "maldita yerba", se dijo, pues acaba con la voluntad y la identidad de los jóvenes, además de crear focos de criminalidad donde el que paga, como siempre, es el indio).

Una representante de Consultoría Técnica Comunitaria describió el avance de un megaproyecto minero a cargo de trasnacionales canadienses, alertando contra los peligros de envenenamiento de suelo y agua, y la posibilidad de que se creen "fuentes de trabajo" basadas en la explotación ilegal de los futuros mineros. También alertó contra la privatización del agua mediante una ley promovida por el gobierno priísta de Chihuahua, y la pretensión de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales de convertir el corazón de la sierra en reserva de la biosfera, en detrimento de los pueblos rarámuris, para garantizar la mayor riqueza hídrica del norte mexicano a las trasnacionales Aguas de Barcelona, Vivendi y Suez.

''Si no nos curamos nosotros, ¿entonces quién?''

Un hombre mayor de Cusarari se pronunció en su lengua a favor de la "medicina natural que está en el monte", ante la mala atención que reciben los rarámuris. "El Seguro Popular ha probado no ser bueno. No nos dan buena atención porque somos indígenas. O a lo mejor es para que ya no nos curemos y nos acabemos. Si no nos curamos nosotros, ¿entonces quién?" Y la autoridad comunal de La Laguna denunció la intención del Tribunal Unitario de Chihuahua de entregar tierras ejidales a un ciudadano francés. Un joven indígena afirmó: "La otra campaña permite oponernos a los que nos hacen daño, y organizarnos en las cuatro sierras (de la Tarahumara)".

Luis Palma, de la Baja Tarahumara, insistió en el compromiso de su pueblo con "cuidar el mundo", pues luchar "es querer mucho a nuestros hijos", y lamentó "la pérdida de respeto de los jóvenes", atrapados por el alcohol, las drogas y la violencia, que "ya no quieren escuchar a los gobernadores". Las escuelas del gobierno "nos obligan a dejar nuestro idioma", y echa el Procede (Programa de certificación de derechos ejidales y titulación de solares) por delante para permitir el desarrollo de un corredor turístico. "No vendan sus tierras", aconsejó a los centenares de indígenas presentes. "Pusimos hermanos indígenas responsables en el gobierno de los municipios, pero no excluimos a los blancos. Sólo queremos tener los mismos derechos", advirtió.

La Otra en Sisoguichi

La Jornada, Lunes 30 de octubre de 2006

Pueblos indios convocan a la unidad para frenar la depredación que los aqueja

El pueblo oaxaqueño se halla cercado, pero no está solo; lo apoyamos: Marcos

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

Sisoguichi, Chih., 29 de octubre. Hasta la sierra Tarahumara llegó hoy la defensa de Oaxaca. "Como hace muchos años, cuando la conquista, el pueblo está encerrado en esa ciudad. Las calles están tapadas por la policía. En el aire no vuelan los pájaros sino los aviones del Ejército. El pueblo está cercado y siente que está solo, y decimos aquí, desde la tierra del rarámuri, que no está solo, que lo vamos a apoyar". Así habló esta mañana el subcomandante Marcos ante centenares de indígenas, muchos ancianos principales de estas tierras ancestrales en su dolor y en sus resistencias.

"Hoy alzamos la voz por Oaxaca", prosiguió, al iniciar el recorrido por Chihuahua de la otra campaña. "Oaxaca tiene un mal gobierno. Ulises Ruiz se llama el malvado. El pueblo se organizó, se levantó para que caiga el malo y ahora el pueblo está rodeado por las fuerzas federales de (Vicente) Fox, que lo quiere atacar, lo quiere matar, lo quiere meter a la cárcel para que siga el mal gobernante que es Ulises Ruiz."

La entidad sureña ha salido al paso de la otra campaña en todo el noroeste. "Llegamos a Baja California y encontramos a Oaxaca", reconoció Marcos en el comerchi (lugar de reunión) del pueblo montañés de Sisoguichi. "La misma que habíamos visto. La lengua, la cultura y el color del triqui, lejos de su tierra, luchando, peleando, porque el rico lo explota, le quita lo que tiene."

En estos momentos, cuando todo México es Oaxaca, los pueblos indios invocan los caminos de la unidad para resistir y durar, para defender sus tierras e identidades, y poner un alto a la depredación que los aqueja. El Congreso Nacional Indígena y la otra campaña llegaron a la sierra para dar a conocer "la injusticia que hay acá, pero también cómo vive y cómo lucha el que resiste sin doblarse, el rarámuri", expresó el delegado Zero.

Historias hermanadas

Abundó: "Somos indígenas zapatistas de Chiapas, el último rincón de México. Nuestra historia se parece mucho a la del rarámuri. Vivíamos en las buenas tierras y llegó el español, nos aventó a las montañas y ahí nos olvidó. Parecía que el rico se había olvidado de nosotros, tenía la buena tierra y nosotros puras piedras, puro olvido, puro dolor, pura muerte. Pensamos que así vamos a estar siempre. Pero el rico no está contento con lo que tiene, ahora quiere también las montañas donde vivimos, quiere nuestra pobreza y la quiere hacer dinero. Antes el agua no se vendía, ni el árbol, ni el aire, y ahora son mercancía.

"El que hizo el mundo puso en cada parte un guardián, alguien que va a cuidar que el mundo viva y esté contento, y esos guardianes son los pueblos indios. Y hay pueblo indio en el mar, el río, el bosque, la montaña y el desierto, y nuestro trabajo es cuidarlo para que no muera. Cuando estamos los pueblos indios cuidando la Tierra, el mundo está contento. Está contento el aire y va a la montaña y baja hasta el mar, y está contenta el agua y da vida, y está contento el venado y corre de un lado a otro y a veces es bueno y se hace carne en nuestra mesa, y el árbol crece contento y a veces es leña en nuestra casa."

Ante una audiencia atenta, que escuchaba cada tanto la traducción al idioma rarámuri, Marcos señaló: "Ahora vemos que el agua está encerrada y la llave la tiene el rico; el indígena no tiene más el agua que tiene que cuidar. El árbol está triste porque lo mata el rico y se lo lleva lejos para hacerlo dinero. En el mar crece la casa del rico y desaparece la del indígena. Del río, su agua se le quita al pueblo indio y se va para la casa del rico. El venado se esconde en la cueva y llora porque el mundo no es donde nació. Es perseguido el venado como es perseguido el indígena en nuestro país. El aire que caminaba libre ahora es encerrado en grandes ventiladores para hacer electricidad, y la luz no va a casa del indígena, va a casa del rico.

"La Tierra que tenemos que cuidar está muriendo. Allá en nuestra montaña nos contaron la historia del que derrotó al enemigo siendo lo que es, resistiendo, no desmayando, el rarámuri. Y pregunta el zapatista, nos mandan hasta acá a preguntar al rarámuri si igual piensa él, si igual ve que el mundo muere, que el blanco hace mercancía la madera, la tierra, el agua, los animales. Si igual siente que está muriendo el guardián que somos, que tenemos que cuidar la Tierra."

Marcos añadió que los indígenas zapatistas lo mandaron a escuchar. "Hicieron nuestro corazón una caja para guardar la palabra del rarámuri; un oído para aprender de la palabra del rarámuri; una morraleta para llevar en ella la palabra del rarámuri, y que conozcan en otros lados su dolor y su lucha. Para llegar a la casa del rarámuri caminamos lejos, encontramos otros pueblos indios guardianes del mundo. Y ahora llegamos y escuchamos su dolor, el árbol que muere, el venado perseguido, el robo de la tierra. Escuchamos aquí en la tierra del que resiste, del que no se vende, del que lucha mirando".

Les pidió que sigan resistiendo, "ya no más cada quién por su lado, sino juntos con todos los que estamos mal en nuestro país y lo queremos cambiar".

La Otra en Cajeme

La Jornada, Domingo 29 de octubre de 2006

Sin territorio, las comunidades indígenas pierden su identidad: delegado Zero

A los pueblos indios no sólo quitan la tierra, quieren desaparecerlos: Marcos

La "oligarquía negra" del noroeste los trata como ciudadanos de segunda, sostiene

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

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El delegado Zero durante su recorrido en el ferrocarril Chihuahua-Pacífico. En su estancia en la estación Creel, en la sierra Tarahumara, visitó la comunidad de Sisoguchi Foto Víctor Camacho

Cajeme, Son., 28 de octubre. Como dijo un anciano mayo al concluir la otra campaña en Sonora, y de paso en toda la región mexicana que rodea el codiciado golfo de California: "el problema más doloroso es que ya está aquí la oligarquía negra. Ya no son sólo unos cuantos elementos que están en el poder".

El peligro que corren el territorio y la soberanía nacionales lo viven en carne propia los pueblos indígenas del noroeste, y con ellos las decenas de miles de migrantes de Oaxaca y otras entidades de nuestro sur que acá trabajan y viven. En Baja California y Sonora los pueblos originarios están condenados a muerte. Con los cucapá, kumiai y kiliwa ya casi lo consiguen los poderosos; pero los yaqui, comca'ac (seri), mayo y pima no piensan dejarse, como tampoco los triquis, mixtecos y zapotecos en la península.

Al hacer ante la prensa local un balance del recorrido de la otra campaña por tierras de Sonora, el subcomandante Marcos dijo este lunes en Hermosillo: "Vemos rabia y desesperación, no sólo en los pueblos indios. Como en el resto del país, les están quitando la tierra. Ni siquiera se les deja en la pobreza en la que están sino además los quieren desaparecer. Para una comunidad indígena perder su territorio es perder su identidad, morir en colectivo, aunque individualmente anden en el otro lado, en otras partes. Y es esa rabia, sobre todo en autoridades tradicionales, que sienten que les está tocando no defender a su pueblo, sino enterrarlo".

Las entidades que gobiernan el priísta Eduardo Bours y el panista Eugenio Elorduy, en manos de una "oligarquía negra" que incluye al más que alcalde de Tijuana, Jorge Hank Rhon, dejan de ser "México" paulatinamente. Principalmente por la escalera naútica que pone en venta las costas de las Baja Californias, Sonora e inclusive Sinaloa. Y de paso se trata a los pueblos indios como ciudadanos de segunda, como parias y, en el peor de los casos, como esclavos. Y pareciera que la población no indígena y las clases dominantes no se enteran de lo que ocurre ante sus ojos.

Al dirigirse a la comunidad universitaria de la capital sonorense, el delegado Zero había expuesto: "Ustedes pueden pensar que el yo los salva, que los mantiene fuera de cualquier injusticia, que Chiapas queda muy lejos, que la nación o'odham o la comca'ac quedan suficientemente lejos de la Universidad de Sonora (Unison). Que la injusticia no los va a alcanzar. Pero hay una historia que cada uno lleva, que da vergüenza y pena".

En el auditorio de la máxima casa de estudios local, Marcos apuntaba: "Cada quien va construyendo en su yo su dolor, y nadie está exento de la bala que nos mate, el garrote que nos golpee, el barrote detrás del que estaremos, la humillación de un despido. No importará entonces de dónde vinieron si siempre van a lastimar el yo que tanto promovieron los que están allá arriba. Y resulta que Chiapas no está quedando tan lejos, porque esas injusticias se reproducen en todas partes. El yo que cada uno va construyendo no es más que un basurero para los de allá arriba".

En Sonora, donde el gobernador Bours declara que sus prioridad son "las etnias", existen campos de labor forzada en Empalme y en Guaymas; los pimas sufren acoso casi genocida de la policía, los narcotraficantes y los rancheros; los comca'ac están a punto de perder sus preciosos terrenos ancestrales (en particular la gran isla Tiburón) y la costa del Desemboque, y por defenderse ya se les criminaliza, difama y encarcela; a los mayo se les niega el agua y la autonomía.

Ante los jóvenes de la capital sonorense, el delegado Zero señalaba: "El territorio o'odham es usado como basurero de desechos tóxicos y uno piensa que el desierto, donde hace frontera con Estados Unidos, está muy lejos de Hermosillo, pero la tierra es como el cuerpo humano, si se envenena en un lado se envenena en todas partes".

En Baja California la situación aberrante incluye la negación de los indígenas (o "migrantes", sin identificarlos como lo que son, o unos cuantos "aborígenes"). En el valle de San Quintín y las maquiladoras de la frontera, los indígenas pertenecen al proletariado bajo y semiesclavizado. En Tijuana, el subcomandante Marcos dijo durante un mitin sobre la calle Constitución: "En este país un criminal recibe 3 millones 350 mil pesos de pensión por seis años de delitos, y un trabajador por 45 años de trabajo recibe la humillación y el desprecio de quien sirvió tanto tiempo. Y no es criminal, es trabajador, si fuera criminal estarían en la presidencia municipal de esta ciudad o en el palacio de gobierno".

El país, dijo en Baja California, "no tiene nada que ver con lo que anuncia Vicente Fox en la televisión, ni con aquel que dice que va a gobernar este país, Felipe Calderón, que no va a llegar a 2012. Lo que estamos viendo es otro país lleno de dolor que quiere rebelarse, que está harto en todas partes. Lo que el gobierno de Fox hizo en los seis años fue caminar sobre las espaldas de los mexicanos y mexicanas que trabajan del otro lado. No sólo sostienen la economía estadunidense, sino que además la mexicana".

Y concluyó que el muro fronterizo que construye el gobierno estadunidense "está para que los de este lado no crucemos de aquel lado, y los gabachos cruzan como quieren con todo su capital. ¿Dónde está la soberanía de lo que llamamos patria?"

Y centenares de estudiantes y profesores de la Unison escucharon a Marcos recapitular esta semana: "Los compañeros de las naciones o'odham y seri nos dicen que han visto señales en la tierra, en el aire y en el mar de que algo va a ocurrir. Yo soy un subcomandante cualquiera pero algo he leído, y en 1906 Sonora, con Cananea, anunció la revolución de 1910. Nosotros pensamos que otra vez en la tierra de Sonora brillará la profecía que unos años después habrá de hacerse realidad.

"Queremos que en el pase de lista que hacemos por todo el país, el hombre y la mujer de la Sonora digna, o sea la de abajo, digan presente y conviertan su yo en el nosotros. Ofrecemos respeto, oído, luchar y morir por ustedes."

En tierra rarámuri

Tras concluir la gira de la otra campaña por el estado de Sonora, el subcomandante Marcos se trasladó a Los Mochis, Sinaloa, donde abordó el ferrocarril Chihuahua-Pacífico. En el trayecto hizo un alto en la barranca del Cobre y por la tarde llegó a la estación Creel, en la sierra Tarahumara.

De ahí se trasladó a la comunidad de Sisoguchi, donde se reunió con representantes del pueblo rarámuri. Este domingo habrá otra reunión con los indígenas, tras la cual el subcomandante volverá a tomar el tren rumbo a la ciudad de Chihuahua.

La Otra en Punta de la Laguna

La Jornada, Sábado 28 de octubre de 2006

El subcomandante exige justicia por la muerte del camarógrafo Will en Oaxaca

El coraje rebasó ya los límites de la sumisión y el miedo, dicen en territorio mayo a Marcos

"Sin pasamontañas, sin pipa, sin estridencias, sostengo mi apoyo a las etnias": Bours

HERMANN BELLINGHAUSEN

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El delegado Zero saluda al consejo de ancianos en el poblado de Punta de la Laguna Foto Víctor Camacho

Punta de la Laguna, Son. "Basta ya de agachar la cabeza. Basta ya de decir sí a lo negativo. Basta ya de opresiones, maltratos, injurias, injusticias. El coraje, como el llanto reprimido, ya rebasó los límites de la sumisión y el miedo, pero no habiendo tiempo para sentarse a llorar, ese coraje inyecta fuerzas para desplazarse a todos los rincones del país, a todos los rincones de la conciencia y el entendimiento indígena para cuestionar, para difundir, para dialogar, para consultar el deber propio y enlazar, comprometer y fortalecer la lucha en una forma unida contra el enemigo y opresor y su tiranía".

Con estas palabras de Aguileo Félix, de Tesia, uno de los ocho pueblos mayos yoreme, fue recibido el subcomandante Marcos y con él los pueblos zapatistas y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, durante un encuentro de identificación profunda que pasa por su adhesión a la Sexta declaración de la selva Lacandona y su compromiso creciente con el Congreso Nacional Indígena (CNI), en el cual participan desde hace varios años. "Desde la selva Lacandona dispararon una bala que le dio la vuelta al mundo", diría más tarde el cuerpo del consejo de ancianos de Cohuirimpo sobre los zapatistas.

Fue durante el recorrido por el territorio mayo de Sonora que el delegado Zero recibió la noticia de que en Oaxaca fue asesinado por la policía de Santa Lucía del Camino y los sicarios del gobernador priísta Ulises Ruiz, el periodista Bradley Roland Will, quien también cubrió para Indymedia una etapa de la otra campaña. Desde la comunidad de Buaisiacobe, Marcos llamó a toda la otra campaña a escala nacional, especialmente a los medios libres, "para exigir justicia por la muerte del compañero Brad".

Sólo nosotros leemos nuestras inquietudes

Antes, en Punta de la Laguna, perteneciente a Cohuirimpo, la otra campaña y el CNI recibieron el homenaje de la palabra seria y firme de estos indígenas del noroeste, que "en su presencia física, intelectual y espiritual levanta su presencia". Y se preguntaron: "¿Quién va a leer nuestras pequeñas inquietudes?", para responder enseguida: "Nadie, sólo nosotros".

El delegado Zero llamó a los indígenas del sur sonorense a "voltear el mundo otra vez, para que los pueblos queden arriba y los gobiernos abajo". Luego de visitar los pueblos originarios del estado, amenazados con la desaparición y aquejados de injusticias y despojo, aseveró: "La raza que tiene que desaparecer es la de los ricos y los políticos". Ante hombres, mujeres y niños de Cohuirimpo, recapituló: "Se están muriendo el río Mayo, el río Yaqui, la isla Tiburón del comaca'ac, la piedra desnuda de los o'odham, la montaña del pima".

Poco acostumbrado a que le "hagan olas" en "su" entidad, el gobernador sonorense Eduardo Bours Castelo se vio obligado a replicar desde Guaymas a lo expresado, no tanto por el subcomandante Marcos como por los propios indígenas: "Este es el sexenio de las etnias sonorenses", dijo, usando el profiláctico término yori de "etnia", en vez de los nombres que se dan los indios: pueblo, tribu, nación.

"A mí me gusta dar la cara, y sin pasamontañas, sin pipa y sin estridencias de por medio, me sostengo en mi apoyo a las etnias", proclamó Bours Castelo este jueves ante los gobernadores yaquis, a quienes mandó llamar inmediatamente después de que se reunieron con el delegado Zero en Vícam el pasado día 25. Les pidió "no dejarse engañar, que puede haber muchos pasamontañas, pero en los hechos no hay acciones".

A manera de réplica al mandatario priísta, el consejo de ancianos de Cohuirimpo advirtió hoy: "Todas las varas (de mando) son buenas siempre, en tanto no tomen el lugar de nuestros pies. Ellos sólo sirven como ayuda, el paso siempre será nuestro, y la calle es siempre de todos". También reconocieron que "el verdadero trabajo no ensucia", pues son dignos defensores de su propia labor agrícola, tan amenazada por el virtual sitio al que están sometidos los mayos, rodeados de propiedades y campos de los yori, siempre dotados éstos de mejores riegos, insumos y respaldos.

Esta situación resultó más elocuente en los testimonios de los mayos de Buaisiacobe, que enfrentan "la venta ilegal, a diestra y siniestra" de sus tierras, ante la falta de apoyo al campesino yoreme. "Siempre nos han tratado como de segunda clase en materia de gente", dijo Antonio durante una breve reunión bajo techo en las afueras de la comunidad, ante un mapa del distrito de riego donde queda claro que los pozos son de particulares, no para los indios.

El agua, mal repartida

"El agua está mal repartida", dijo Mercedes, una rotunda campesina con su camiseta del Che Guevara. "La tierra de los yoremes queda sin derecho del agua. Nos han tratado como nos ven". Agregó que el gobierno prefiere que las decisiones las tome "gente de otros lados, que no conoce nuestro territorio, ni nuestros usos y costumbres".

Un anciano del consejo de vigilancia señaló: "La ley es para los ricos, no para los indios. Estamos 'fracasados' en esa forma. El gobierno nos quitó crédito como parceleros yoremes. Hay que rentar entonces. El rico ya conoce la debilidad del campesino, y quiere comprar barato. Exigimos que haya ley que garantice a los pueblos". Llamó a los indígenas "a unirse en todo el país para hacer valer la ley y conseguir que el Congreso de la Unión la reconozca".

En tono de denuncia, otro anciano dijo: "Estamos rodeados de agricultura" (la de los otros); acusó a la Procuraduría Agraria de corrupción, de favorecer a los propietarios blancos, y a la funcionaria foxista de lo indígena Xóchitl Gálvez de que "no nos hace caso cuando le hemos hablado".

Así, pueblos como Navojoa, Tesia, Cohuirimpo y Etchojoa son capaces de cuestionar al "gobernador de las 'etnias'" diciéndole desde su indestructible superioridad espiritual: "La civilización es un movimiento de la naturaleza sin previo aviso".

La Otra en Kipor

La Jornada, Viernes 27 de octubre de 2006

Atestigua Marcos en Sonora las deplorables condiciones de vida de los indígenas

Marginados siempre, los pimas sufren el acoso de mestizos, policías y narcos

Falsas acusaciones y detenciones arbitrarias marcan la vida de los habitantes serranos

HERMANN BELLINGHAUSEN CORRESPONSALES

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El subcomandante Marcos camina por una brecha de la comunidad de Kipor, donde se reunió ayer con grupos pimas Foto Víctor Camacho

Kipor, Son. 26 de octubre. Tratándose de nuestro país sonará a redundancia, pero a escala monumental: el rico estado de Sonora vive a espaldas de sus pueblos indios. En particular los pimas, arrojados hace décadas a las hoscas montañas de la Pimería Alta por el hombre blanco, que se apoderó de las más cálidas y fértiles tierras de la Pimería Baja, y aún ahora sigue despojando, persiguiendo, engañando, torturando y encarcelando a los hijos de esta "tribu" que, como hoy repiten sus ancianos y ancianas ante la karavana de la otra campaña, sólo quiere vivir en paz: "No estamos contra nadie".

Este es "el abandono de un pueblo que casi no se sabe que existe", como describe el subcomandante Marcos luego de escuchar las voces increíblemente dolidas de estos campesinos ancestrales, atropellados por la historia colonial y moderna, y también por el presente de los gobiernos del cambio y los ricos de Forbes. Si bien les va, una vez al año les llegan las publicitadas migajas del Teletón (frazadas, suéteres, arroz, leche en polvo). En su vida cotidiana conocen la Policía Judicial que golpea y tortura; los rancheros mestizos, que invaden sus tierras; los narcotraficantes, que a punta de ametralladora obligan a los jóvenes pimas a trabajar en los sembradíos de mariguana, o los obligan a "prestar" sus tierras con el mismo fin.

Sus condidiciones de salud son evidentes: niños y adultos con lesiones y "bolas" en la piel, el moqueo generalizado de infantes que nunca se curan de las vías respiratorias, los estigmas de la desnutrición. La ranchería familiar donde es recibida la otra campaña carece de energía eléctrica, agua, drenaje, piso firme. Poco a poco van llegando más familias indígenas de otros caseríos de entre el pueblo mestizo de Maycoba y los límites de Chihuahua. Más de 200 son adherentes a la Sexta declaración de la selva Lacandona, y seis se encuentran en la cárcel de Hermosillo por delitos que no cometieron.

La bomba de agua dejó de funcionar hace cinco años y no han tenido recursos para repararla. "Como aquí no llega nada", dice don Juan, indistintamente en pima y español, y asegura, casi contra toda evidencia: "No estamos solos". Y también: "Estamos cansados de que no se arreglen nuestros problemas".

María Duarte Galaviz, enrebozada y triste en la fría noche, habla bajo las estrellas en un solar lodoso a pocos pasos de una casa modesta donde se congregan decenas de indígenas tranquilos y expectantes: "Los señores agentes de la Policía Judicial del estado trabajan muy mal con nosotros. Nos culpan sin razones. Nos agarran, nos golpean queriendo que digamos que nosotros somos los de los asaltos. A puros golpes con la mano y con sus armas, y amenazan que si nos quejamos con ustedes nos van a golpear más.

"Yo tenía tres hijos y los llevaron al Cereso de Hermosillo. Donde tenía rancho llegan los judiciales muy seguido y nos golpean y tiran la harina, el frijol, la azúcar, las cobijas, los trastes y hasta nos tumbaron la casa. Sacan gentes a las horas de la noche investigando cosas. Y en las puras noches; de día ni siquiera le hablan a uno, prohibiéndonos salir a Maycoba. Ya somos dos personas que vivimos amenazadas de muerte de parte de los judiciales. Se llevaron a todos mis hijos". María debió abandonar su ranchito en Tierra Panda.

Desde el penal, Ramón Rodríguez Galaviz dictó unas líneas para el subcomandante Marcos: "Me siento un poco mal de salud" (debido a los golpes). Habla también por los hermanos José, Francisco y Leonardo Coyote Duarte, Pedro Monte Coyote y Julio Coyote Monte, todos presos. "No tenemos broncas con nadie. Es pura mentitra que nosotros asaltamos". Al ser aprehendidos "nos golpearon mucho y nos quemaron con corriente eléctrica y nos amenazaron con la pistola en la boca".

Francisco Coyote dictó a su vez: "Somos personas inocentes, no sabemos hablar español y no entendimos (los interrogatorios y los juicios). Nosotros hablamos pura lengua indígena. Me llamaron a presentarme en Maycoba, ahí me agarraron y me llevaron a Yécora; me entregó la judicial operativa (sic) y no me soltaron".

A Laurencio y Ramón "los quemaron con vara eléctrica en Yécora", según relata su madre, Teresa Galaviz Jiménez. Señala a Octavio Lugo, "comisario policía", de "agarrar" a los jóvenes sin derecho de traducción ni nada. Los pimas tampoco cuentan con los agentes de Ministerio Público, que los remiten a la policía y dicen a las mujeres que "no pueden" hacer nada por ellas.

A doña Catalina y su familia les impedían trabajar su rancho Arroyo La Plata. "Me quemaron la siembra, metieron ganado que no es de nosotros, vinieron con sus armas (los empleados del terrateniente Ramón Aguilar). Destruyeron todo mi rancho. El 'presidente ejidal' no hizo nada. Y el MP de Yécora también se vende". Muestra fotos de las chozas destruidas y los campos arrasados.

Los pueblos mestizos de Yécora y Maycoba parecen salidos de una historia del escritor chihuahuense Jesús Gardea. Hostiles, sórdidos, poblados de gente desconfiada de rudo hablar, pickups nuevas en abundancia, calles sin pavimentar, tráilers de paso, antros y, entre numerosas casas sencillas, grandes residencias en construcción. El racismo, la huella del narco y la impunidad arrogante se respiran por todos lados. La carretera que une las capitales de Sonora y Chihuahua, célebre por los asaltos y el tránsito de grandes cargamentos "misteriosos", no parece una zona apta para que los pimas, últimos entre los últimos, pudieran andar asaltando a matones y gente poderosa. Se les acusa de la delincuencia de arriba y los hacen víctimas por cuenta doble. Son ellos los encarcelados, no los sicarios ni los policías torturadores y corruptos.

Otro anciano toma la palabra: "El ejido es de los pimas, pero no sé qué está pasando. Dicen que es de ellos y no nos dejan trabajar. Tenemos escrituras desde 1950, pero los rancheros no las reconocen".